“No se trata tanto de velocidad. Hay que entrenar la ansiedad y la voluntad”, describió Héctor Rizzotti. El maratonista será uno de un selecto grupo en el mundo que correrá el 24 de septiembre el Spartathlon. El tucumano hará todo lo posible por unir Atenas con Esparta en la carrera de ultramaratón más prestigiosa del planeta.
Rizzotti ya tiene todo listo para emprender viaje el miércoles hacia Grecia acompañado por Martín Córdoba, el responsable de todo el esfuerzo que hizo el director de la licenciatura de administración de empresas en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino. “Lo que me contó me emocionó. Fue mi gran incentivador”, insistió. Saber que la carrera tiene su origen en la historia del soldado Filípides enviado a dejar un mensaje entre una ciudad y otra sedujo a Rizzotti. Tener que hacer lo mismo en un tiempo máximo de 36 kilómetros, le gustó aun más. “Es una experiencia maravillosa para mí. Es muy emocionante. Los entrenamientos son muy duros porque hay que buscar el equilibrio entre lo mental y lo emocional. Será muy importante manejar las emociones”, remarcó.
Para estar en la línea de largada establecida en la base de la Acrópolis de la capital griega, los atletas deben haber acreditado una marca mínima. “Una carrera en la que se hayan completado 180 kilómetros, en 24 horas, en un circuito de 1.500 metros. Yo logré hacerlo en 2019, en el autódromo de Las Termas: fueron 192 y un poquito más”, explicó Rizzotti.
El corredor sabe que puede pasar cualquier cosa. Córdoba, de las cinco veces que corrió, pudo terminar en tres ocasiones. La asistencia de él durante la carrera será fundamental para que Rizzotti pueda afrontar los 75 puestos de control a lo largo de los 246 kilómetros, a los que debe llegar en un horario determinado. Llegar hasta los pies de la estatua del Rey Leónidas, en el centro de Esparta, será la meta.